Persistente

Publicado el jueves, 22 noviembre, 2018

Cuando se persigue un sueño, se hace hasta lo imposible para lograrlo. Esta es la historia de Mónica Álvarez, una neoyorkina de ascendencia española que tuvo la ambición de en algún punto de su vida dedicarse al modelaje y ser un rostro conocido.

Para ello, tuvo que picar piedra desde abajo y ahora goza del reconocimiento que siempre soñó. Su figura y su talento son admirados, algo por lo que esta chica de 32 años siempre soñó.


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